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Convivencia en Cercedilla
Crónica
Somos Iglesia.
¿No está claro? Si no es así deberías habernos acompañado a Cercedilla.
Desde las ocho de la mañana del sábado 13 hasta casi las diez de la noche del domingo 14 de noviembre estuvimos reflexionando sobre esa frase (y se entiende por reflexionar jugar a muerte, dormir la siesta, oír (que no escuchar) cómo perdía Alonso, escuchar (ahora sí) a Manuela cantar a las tres de la madrugada…).
¿Y cuál es nuestro lugar en la Iglesia? Detente a pensarlo: imagina que todo lo que haces por y para la Iglesia (desde ir a rezar y a comulgar hasta hacer un donativo) las dejases de hacer. ¿Lo entiendes ahora? Todo lo que tú haces lo tendría que hacer otra persona.
Ahora vuelve a imaginar que esa persona decide hacer lo mismo que tú y deja de colaborar: se produciría un gran “efecto mariposa” o “reacción en cadena” que acabaría destruyendo a toda la Iglesia.
Una frase para concluir: Soy yo, eres tú, somos nosotros, es Dios, quien hace la comunidad en la que vives dentro de la Iglesia.
Enrique
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Viaje a Roma
Crónica del Viaje
CRÓNICA DEL VIAJE A ROMA DE LOS JÓVENES DE P.S.
El pasado puente de la Almudena un grupo de quince jóvenes del Perpetuo Socorro visitamos Roma. Desde hace algún tiempo que teníamos la idea de viajar juntos a esa ciudad y algunos jóvenes se preocuparon, junto con Jorge, de preparar el viaje.
Viajamos el jueves 4 de noviembre por la tarde, y llegamos por la noche, sólo nos dio tiempo a descubrir el impresionante apartamento que habíamos encontrado por muy buen precio, y que sería nuestra casa por los próximos cinco días.
A la mañana siguiente salimos rumbo al Vaticano, desde nuestra casa y con un autobús directo a San Pedro visitamos la basílica y su cúpula, desde donde disfrutamos observando toda la ciudad que visitaríamos los días sucesivos. Así pasó la mañana, disfrutando del espectáculo que confluye en San Pedro. Después, tras comer a la italiana, visitamos la parroquia San Gioacchino, una de las dos casas redentoristas de Roma, famosa por esconder durante la segunda guerra mundial a un grupo de judíos entre su bóveda y la cubierta. Allí, en una de las paredes dibujaron, como agradecimiento, unos preciosos carboncillos de Jesucristo y de la Virgen María.
Al día siguiente vivimos uno de los momentos clave: la eucaristía que celebramos en San Pedro. A nosotros nos cedieron la capilla de Lituania, que está ubicada en la girola que existe alrededor de la tumba de San Pedro, justo debajo del crucero de la basílica. En ese momento, a las siete de la mañana, vivimos en primera persona la experiencia de la comunidad universal de la Iglesia. Cientos de personas asistían a misa a la vez que nosotros en diversos idiomas, y los cantos se mezclaban entre las capillas, haciendo de San Pedro una iglesia viva, y una Iglesia común.
Paseamos el centro de Roma, todo con un ambiente genial. Los días sucesivos visitamos toda la ciudad. Los que habíamos estado antes conocimos lugares que no habíamos visto, y los que la visitaban por primera vez disfrutaron de todos los encantos que de Roma se esperan: el Coliseo, la Plaza de Venecia, la Fontana di Trevi, el Panteón de Agrippa, la Plaza Navonna, San Giovanni Laterano y por supuesto los museos Vaticanos y la Capilla Sixtina, que nos encantó vivirla juntos, descubriendo todo su sentido.
Asistimos a una eucaristía en San Gioacchino que recordaremos durante mucho tiempo, por la concelebración de Jorge y por la espectacular homilía que nos brindó el sacerdote italiano, que dentro de su cuerpo anciano, rebosaba vitalidad y palabras llanas. ¡Hasta en italiano lo entendimos todo! “El cristiano es como un puntito, agujero negro, que es capaz de ir absorbiéndolo todo para convertirse después en una supernova, una maravilla”.
No faltó la visita a la casa general. Allí nos recibió el P. Enrique López que nos enseñó toda la casa y sus funciones. Tuvimos una misa allí, donde celebramos una preciosa eucaristía apenas para nosotros solos, justo delante del icono original del Perpetuo Socorro, que es, sencillamente, ¡espectacular!
El viaje ha sido completísimo, la convivencia entre nosotros ha sido genial, y hemos disfrutado los unos de los otros. La experiencia de viajar nos ha acercado mucho y puedo decir sin temor a equivocarme que ahora nos conocemos mejor y estamos más unidos. Definitivamente el viaje ha sido un regalo y una bendición.
Antonio Yrizar
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Fotos del Viaje
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